lunes, 13 de diciembre de 2010

Invocando a la musa Erato

Erato y las demás musas son las cantoras divinas que con sus coros e himnos deleitan a Zeus y a los demás dioses en el Olimpo, su morada, bajo la dirección de Apolo. Otras veces descienden a la Tierra, actuando de mediadoras entre lo divino y los seres humanos gracias a la inspiración que transmiten a los poetas, proporcionándoles el conocimiento de lo Eterno. Mayormente los que suelen invocar a las musas son los poetas para que les inspiren las palabras adecuadas y la distinción entre los hechos verdaderos y los falsos.


Erato no es la musa del amor directamente sino que es la musa de la poesía amorosa, además de la mímica. También se la conoce como musa de la poesía lírica.
A esta musa se la muestra representada desde el Renacimiento, se la representa coronada con mirto y rosas, siempre con una lira ( que Hermes inventó) o en ocasiones aparece con el dios Amor a sus pies.
Aquí hay más información sobre las demás musas.

Pero en este caso vamos a ver como un hombre/mujer invoca a Erato, este un poema de un autor desconocido que está aludiendo a esta gran musa:

¡Callad!... Que esto no es amor,

¡Callad!... Que esto no es valor,
sino la musa de tu calor.

El amor nos es más que la desdicha de tus emociones,
el desprecio de tus narraciones,
el suspiro de tus decepciones,
y la musa de tus expresiones.

Colaboración de "El amor es como la poesía"
México

1 comentario:

  1. muy bien por la reseña, Miriam, pero un poco pesimista este poema sobre el amor, ¿no os parece?
    Creo que habrá que invocar a Erato con más entusiasmo para que sea más efectiva su inspiración....

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