domingo, 15 de diciembre de 2019

Sapere aude, incipe

En estos tiempos de cierto desdén hacia las Humanidades, el mundo clásico  sigue pugnando por colarse en nuestro día a día, esta vez de mano de una serie muy apreciada entre los jóvenes: Merlí. Sapere aude.
Respecto a esta expresión que está actualmente en boga (y en boca de mucha gente), conviene que recordemos a los profanos que sí, sí que es latín, pero no, no significa "que sepas oir" ni "aprende a escuchar".


Hemos de remontarnos a nuestro poeta Horacio (s. I a.C.) para encontrar esta exhortación en la  Epístola II de Epistularum liber primus, dirigida a su amigo Lolio:

Dimidium facti, qui coepit, habet; sapere aude
incipe. Viuendi qui recte prorogat horam,
rusticus expectat dum defluat amnis; at ille
labitur et labetur in omne uolubilis aeuum.

La mitad  tiene hecho quien ha empezado; atrévete a saber,
empieza. Quien aplaza el momento de vivir correctamente
espera como un campesino hasta que el río pase; pero este
fluye y fluirá sin parar por toda la eternidad.


Un elogio a la vida sencilla y a conformarse con lo que se necesita,  huyendo de las riquezas y de la ambición. Horacio le recuerda a Lollio que Odiseo fue ejemplo de sabiduría y audacia y por eso no se dejó engañar por los peligros y tentaciones que tuvo que afrontar en su largo regreso a casa, a Ítaca, después de la larga guerra de Troya.

Sin embargo fue al filósofo Immanuel Kant a quien debemos su divulgación en su ensayo de finales del siglo XVIII, ¿Qué es la ilustración?, en el que lo cita esta expresión en latín:

... ¡sapere aude!, ¡ten el valor de servirte de tu propia razón!. He aquí el lema de la Ilustración...