martes, 31 de enero de 2017

La renovación pedagógica en Roma.

En la actualidad existe en casi todos los países un rico y necesario debate sobre sus sistemas educativos y las pedagogías utilizadas para intentar dar respuesta a las nuevas necesidades de un mundo globalizado que cambia a una velocidad vertiginosa. Pero este debate ha existido siempre en la historia. Por eso, me gustaría hacer un breve pero interesante recorrido por la educación romana.

La educación en Roma se veía como una cuestión perteneciente al ámbito privado y que, como tal, debía ser afrontada desde dentro de cada familia. Por esta razón, el Estado no se preocupó por organizar o reglamentar la educación. Esto se debía a tres motivos principales: el primero era que la mayoría del profesorado provenía de los estratos sociales más bajos o eran esclavos, debido al desprestigio que sufría la profesión, el segundo es que los profesores no estaban bien formados, dado que no había ningún requisito para ponerse al frente de una clase, y el tercero era que la enseñanza era vista como un negocio privado y los alumnos como clientes.

Ante este panorama, surgieron algunas voces críticas como la de Cicerón o la de Quintiliano de Calahorra, en quien nos centraremos debido a que planteó una novedosa estrategia educativa. Pero antes de hablar de este gran retórico y pedagogo hispano, cabe destacar que él fue un estudioso de los métodos didácticos y autor de Institutionis oratoriae, en la que recoge sus experiencias después de veinte años en la docencia y da las pautas de lo que para él debía ser un buen profesor al tiempo que denuncia las prácticas que debían ser erradicadas.

Quintiliano planteó toda una revolución educativa, que incluso hoy se inscribe en las nuevas pedagogías activas. Esto se debe a que él abogaba por la necesidad de que los profesores no fueran severos y aplicaran una dura disciplina sino que trataran a los alumnos como a sus propios hijos otorgándoles una educación individualizada. A su vez, criticaba la excesiva monotonía de las lecciones, pues provocaba el aburrimiento y la apatía de los alumnos dado que los contenidos eran conceptuales y repetitivos. Ante esta realidad, que sigue ocurriendo incluso en la actualidad aunque con matices, Quintiliano formuló diferentes propuestas: el descanso para acabar con la monotonía, ya que permitía recuperar energías, la variación de actividades, para llamar la atención del alumno y desarrollar sus habilidades y su creatividad, y añadir nuevas materias, destacando las artísticas. Pero la propuesta más importante de Quintiliano, y que ha sido imitada por todas las nuevas pedagogías, era el empleo de juegos como recurso didáctico y la obligación por parte del profesorado de conocer las aptitudes y la personalidad de sus alumnos para así adaptar su método de aprendizaje a sus características y capacidades, haciendo desaparecer el sentimiento de fracaso y valorando el esfuerzo.

Por lo tanto, y a modo de conclusión, Quintiliano fue uno de los primeros pedagogos que planteó toda una revolución educativa en su momento orientada a cambiar la educación para así poder cambiar la sociedad y progresar. Por este motivo, incluso en la actualidad, Quintiliano es todo un referente en el ámbito de la educación y sus propuestas son imitadas por las nuevas metodologías.

2 comentarios:

  1. Pues sí, Vicente, Quintiliano fue un adelantado a su tiempo en cuestiones pedagógicas,.. en una época en que la figura y la labor del maestro se reconocía y se valoraba como lo que es: uno de los motores de la educación y del despertar de niños/as y adolescentes a la vida adulta.¿es así ahora?

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    1. Ahora la figura del maestro está muy desdibujada por desgracia, al igual que lo está la importancia de la educación. Aun así, espero que pronto logremos volver a comprender que sin la importante labor que realizan los profesores sería imposible avanzar como sociedad, pues esa es una de las principales metas de la educación: ayudar a desarrollar el pensamiento crítico en los niños/as y los adolescentes para así asegurar el progreso.

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