Por si estás pensando en cursar la carrera de Criminología, Derecho o preparar las oposiciones a policía....
Si alguna vez, en sus «días de ensalada» —como los llama uno de mis cómicos tíos— se vio obligada a hacer el análisis de algo escrito en latín, sabrá que presenta un paralelo exacto con la averiguación criminal. Tiene una larga oración, llena de transposiciones; al principio parece nada más que una mezcolanza de palabras. Eso es lo que también parece el crimen, a primera vista. El sujeto es el hombre asesinado; el verbo es el modus operandi, la manera como fue cometido el crimen; el objeto es el motivo. Ésas son las tres partes esenciales de toda oración y de todo crimen. Primero encuentra usted el sujeto, después busca el verbo, y los dos lo llevan al objeto. Pero todavía no ha descubierto al criminal… el sentido de toda la oración. Hay una cantidad de cláusulas subordinadas, que pueden ser claves o trampas, y tiene que separarlas mentalmente y reconstruirlas para que se ajusten a la oración y amplifiquen su sentido. Es un ejercicio de análisis y síntesis, el mejor entrenamiento para un detective.
Nicolas Blake, Los toneles de la muerte
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