sábado, 25 de mayo de 2013

TERMAS ROMANAS.

Las termas romanas, son los baños típicos del mundo  romano. Antiguamente, en las villas romanas, estas se llamaban, Balnea o balneum; y si eran públicos, entonces su nombre era, thermae o therma. 
Estos baños públicos eran estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúcidas, aunque también se reunían aquí los plebeyos o esclavos, tenían reuniones, etc;  eran fundamentales en los servicios que los ciudadanos debían tener. Las termas romanas respondían a una función social y política.
Las termas romanas estaban formadas por el ''apodyterium'' que era la zona de vestuario, por el ''tepidarium'' que era una sala templada por la que se pasaba después de la anterior dicha, y daba paso al ''frigidarium'', que era una sala de agua fría, normalmente, con una piscina al aire libre, o al ''caldearium'', que era una sala de agua caliente, normalmente, situada al sur para así, poder recibir la máxima luz solar. 
Los baños tanto públicos como privados, han estado presente en muchas de las civilizaciones a lo largo de la historia, y en la actualidad hay religiones que tienen prácticas de purificación mediante este o solo la limpieza de una parte del cuerpo.
Una de las termas más famosas, son las termas de Caracalla, situadas en Roma; se construyeron entre el 212 y el 217 después de Cristo, bajo el gobierno del emperador Caracalla. En el día de hoy, las extensas ruinas de estas termas tienen gran importancia en el sector del turismo, y aunque carecen de muchas de sus esculturas y numerosas riquezas, aún se pueden apreciar en ellas grandes fragmentos de mosaicos. Su escultura más famosa, es el grupo llamado Toro Farnersio, que actualmente está en el Museo Arqueológico de Nápoles.
El edificio se destrozó por un terremoto y fue destruido en el año 847, aunque su uso ya no estaba activo desde el año 537 porque los canales de agua resultaron dañados en una guerra. 


En el siguiente enlace, se puede observar lo anteriormente resumido: http://www.youtube.com/watch?v=GHvkdqG9Fxo

1 comentario:

  1. Qué lástima,Elisabeth, que no podamos disfrutar de esa maravilla que debían ser la termas de Caracalla...

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