viernes, 26 de noviembre de 2010

Latín y griego ¿Para qué?

A todos nos han preguntado alguna vez:
Latín y griego ¿para qué si son lenguas muertas? No sirven para nada.
Esta es una pregunta difícil de responder pero he aquí unas respuestas bastante buenas por las que las lenguas “muertas” permanecen más que “vivas” en nuestros vocablos y la importancia de estudiarlas:

1. El latín y el griego “sirven”.
Es superficial decir que las lenguas clásicas no sirven para nada. En muchos casos, quizá no sean útiles para dedicarse a ellas, pero sirven, y mucho, como instrumento. Estudiamos inglés para entendernos en esa lengua, no para dedicarnos a enseñarlo.
Los estudios clásicos son muy útiles para la construcción del propio pensamiento. ¡No sirve de nada hablar bien si no sabemos qué decir!
2. Organizan el cerebro.
El latín y el griego requieren un estudio profundo de la lógica lingüística. Y una consecuencia importante es la disciplina mental que se desarrolla y el elevado nivel de organización cerebral que se obtiene. Se facilita, con ello, la capacidad de razonar y de expresar el propio pensamiento. Y esa disciplina mental permanece en el tiempo, aunque todos los conocimientos concretos se olviden.
3. Ayudan a profundizar en las otras lenguas.
Los idiomas modernos se aprenden hoy con muy pocos conocimientos gramaticales: tienden fundamentalmente a la conversación. El estudio de las lenguas clásicas, con un fuerte contenido gramatical, facilita la profundización en el estudio de otras lenguas. Y, si se trata de idiomas que mantienen la declinación (como el alemán), hace más sencillo su aprendizaje.
4. Desarrollan la capacidad de expresión.
La mayoría de nuestras palabras proceden del latín o del griego. Disponer de un buen vocabulario de esas lenguas ayuda mucho a que seamos capaces de expresarnos en la nuestra con mayor precisión, propiedad y soltura.
5. Aumentan la capacidad de abstracción.
Cuando estudia griego, un alumno debe separar el concepto contenido en una palabra de la grafía, porque se utiliza un alfabeto distinto del propio. Esto ayuda a conseguir un mayor nivel de abstracción, porque ya no necesita usar los caracteres latinos para entender el contenido del mensaje.
6. Facilitan la capacidad de contemplación.
Las lenguas clásicas nos ponen en contacto con unas culturas milenarias. Y ese contacto se produce, esencialmente, a través de la lectura. Y leer toda esa riqueza cultural contribuye a recuperar la capacidad de contemplación, es decir, la interioridad necesaria para el desarrollo de la personalidad.
Además, ¡cuántos alumnos de latín y de griego, al acabar el bachillerato, se sienten satisfechos de su elección! Hay como un ambiente especial en esas clases, como una cierta complicidad entre quienes se saben depositarios de un tesoro... Sí, ¡estudiar puede llegar a ser gratificante, también en el bachillerato!


Como conclusión se puede decir que tanto el latín como el griego han sido las lenguas de la sabiduría durante muchos siglos y que, sin ellas, hoy en día ni las ciencias ni las letras serían posibles.
Así que: ¡SAPERE AUDE!


Información extraída de http://doceoetdisco.blogspot.com/2008/01/seis-buenas-razones-para-estudiar-latn_05.html

otros enlaces de interes donde encontrar información sobre el tema:
http://edu.jccm.es/ies/frayluisdeleon/index.php?option=com_content&view=article&id=21:iipor-que-estudiar-latin&catid=11:latingriego&Itemid=16

http://www.ual.es/asocia/selat/paraque.htm

2 comentarios:

  1. Gracias, Irene, por recordarnos que las clásicas también "sirven",algo que,por supuesto, todos nosotros ya sabemos, ¿o no?
    Tened en cuenta que "clásico" sirve para referirse a todo aquello que no pasa de moda.

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  2. Josefina, Irene, estoy totalmente de acuerdo con vosotras. Os dejo a todos un par de reflexiones: ¿Cuál es la base de nuestra educación? ¿A través de que lengua nos ha llegado esa cultura?
    Es evidente que encontramos las respuestas en el excelente artíciulo publicado por Irene.

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